lunes, 28 de septiembre de 2015

El Sombrero de Yarey



El sombrero de yarey es usado desde siempre por los campesinos cubanos para ampararse de los fuertes rayos del sol, es de alas anchas, fresco, de poco peso, barato y de fácil confección.

En la manigua, los mambises también llevaban ese sombrero con una diferencia: el ala frontal virada hacia arriba y en este sitio, una escarapela con la insignia nacional.


   

Hoy, es de uso común en los campos de Cuba y en las ofertas artesanales.

El sombrero de yarey, usado desde siempre por los campesinos cubanos para ampararse de los fuertes rayos del sol, es de alas anchas, fresco, de poco peso, barato y de fácil confección. En la manigua, los mambises también llevaban ese sombrero con una diferencia: el ala frontal virada hacia arriba y en este sitio, una escarapela con la insignia nacional







La Guayabera.

Fundamentalmente de color blanco, o crudo, la guayabera en su evolución hasta la actualidad se presenta en versiones de diversos colores. También los diseñadores locales han presentado variantes con más o menos ornamentos, pero la guayabera clásica es una camisa larga, de mangas cortas o largas con cuatro bolsillos en el frente de la pieza, adornada con tiras de tres o más alforzas al frente y la espalda.

Aunque es una prenda principalmente masculina, existen versiones inspiradas para uso de la mujer. El origen de esta camisa es bastante confuso. Panameños, mexicanos, filipinos y cubanos se disputan el mérito de su creación. Para complicar aún más el asunto, en Cuba hay varias versiones que coinciden en otorgar la paternidad de la prenda nacional a un inmigrante español.


Una de las más conocidas es la de que por haber nacido en las márgenes del río espirituano del Yayabo, a la camisa se le empezó a llamar yayabera y, con el correr del tiempo, derivó a guayabera.

Lo cierto es que esta camisa larga, que se lleva por fuera del pantalón, muy pronto se popularizó. Primero fueron los campesinos cubanos, quienes terminaron por convertirla en la prenda por excelencia de sus fiestas y celebraciones. Luego los veteranos de las guerras de independencia las exhibieron por las ciudades, con dos aditamentos que simbolizaban su condición: una bandera cubana y sus medallas de combatientes. Con el correr de los años, los políticos de la recién estrenada república las empezaron a usar también: los liberales con pañuelos rojos al cuello y los conservadores con pañuelos amarillos.

Hoy, esta camisa de tela ligera, amplios bolsillos y bandas de alforcitas o plisados, se pasea por campos y ciudades por igual. Lo mismo se le puede ver en un guateque guajiro que en los salones donde sesiona el Parlamento y en otras ocasiones especiales.

Paradójicamente, es una prenda de uso común y de gala a la vez, la única en Cuba capaz de desplazar al traje "de cuello y corbata" en una gran ocasión.




La Bata Cubana

 De acuerdo con su clima cálido, propio de la zona caribeña donde se encuentra situada, el vestuario cubano se caracteriza, de manera general, por prendas de tejidos ligeros y claros que se adaptan consecuentemente a la época y la moda


El vestuario tradicional cubano es una derivación de prendas de vestir procedentes de España con arreglos propios del ingenio y las necesidades de la población criolla.



 El origen de la bata cubana se ubica en el siglo XIX. Surge de un híbrido entre los deshabillés o batas de casa llevados por las damas criollas adineradas de la época o por sus criadas, quienes las mandaban a adornar para usarlos en las calles de paso y así mostrar la bondad de sus amas por darles a usar tan lindo vestuario, y los trajes de las bailarinas y cantantes españolas, quienes por entonces comenzaron a llegar a Cuba. Ambas prendas tenían una estructura similar, aunque los tejidos y colores empleados en su confección eran diferentes.


    

Esta ropa tradicional femenina de la Isla se caracteriza por ser un tipo de vestido bastante escotado, algo ceñido al busto, largo y amplio, con mangas, adornado con cintas, puntas de encaje y entredós.

Estas preciosas batas gustan a cubanos y visitantes, y los artesanos ofrecen para todos ellos una amplia variedad de este singular vestido tan favorable para el clima cálido.


Su uso en la actualidad no es común y solo aparece en celebraciones muy especiales y escenificaciones de teatro y danza aunque variantes de ella aparecen inspiradas en el vestuario femenino de la Isla.